Gestión de riesgos en la empresa: Cómo minimizar el riesgo y maximizar los beneficios
Maximizar los beneficios es el objetivo último de la mayoría de las empresas, mientras que el riesgo empresarial es una parte necesaria y emocionante del juego para muchos de los grandes empresarios, aunque sea una perspectiva aterradora.
Hay siete riesgos que todo emprendedor en ciernes debe estar dispuesto a asumir cuando se pone en marcha, desde abandonar el sueldo fijo hasta depender en gran medida de sus colegas para cumplir en las primeras fases del proceso.
Empezar y dirigir un negocio es difícil, y la idea no es para todo el mundo; si lo fuera, todo el mundo se desprendería de las ataduras de ser un empleado y se convertiría en su propio jefe. Una vez que te conviertes en jefe, tus responsabilidades se disparan; tu departamento es todos los departamentos.
Ya no tienes colegas, sólo empleados.
Mientras tanto, hay una lista de gastos tan larga como el rollo de la caja registradora que roerá esos beneficios. El equipo físico, como los PC/Mac y el material de papelería, es una cosa, pero ¿qué pasa con el papeleo que hay que completar? Necesitarás seguridad y un seguro de una empresa que cubra la responsabilidad civil y posiblemente la indemnización profesional, así como la cobertura del contenido.
Gestión de riesgos: ¿Qué hay que minimizar y cómo?
Una vez que la empresa está en marcha, ¿cómo se minimizan los riesgos? La pregunta tiene dos vertientes: minimizar el potencial de daños para la propia empresa y minimizar el riesgo de peligro físico para los empleados. Este último puede controlarse en cierta medida siguiendo las directrices y normas del Ejecutivo de Salud y Seguridad para eliminar los peligros a través de medidas sencillas, como comprobar las instrucciones del fabricante, entregar el equipo de protección y tomar nota de los hallazgos.
Eliminar el riesgo financiero es mucho más complicado, pero al menos tendrás que demostrar que entiendes los posibles comportamientos de riesgo si quieres prosperar o atraer inversiones. La experiencia es la clave, y si no tienes los conocimientos necesarios, recurre a la ayuda de alguien que sí los tenga. Un mentor puede estar muy dispuesto a aportar su sabiduría, mientras que un consejo de asesores formado por expertos en el sector a los que se les den opciones de compra de acciones de la empresa tendrá fuertes razones para ver prosperar el proyecto.
Otro plan acertado es conseguir «clientes beta», que puedan probar el producto en las primeras fases y dar una opinión honesta y valiosa antes de que se haya lanzado oficialmente. No se trata de amigos o familiares, sino de personas ajenas a la empresa que puedan opinar sobre las probabilidades de éxito de la idea. Si los comentarios son especialmente mordaces, puede hacer ajustes o incluso archivar la idea por completo antes de perder cantidades sustanciales de dinero.
Cosas para reflexionar
Eliminar el riesgo por completo es imposible, especialmente si tu producto depende de los mercados financieros o de las tendencias.
La gestión de riesgos es una ciencia, una disciplina, un conocimiento y una oportunidad. Sin embargo, con conocimientos y contacto con las personas adecuadas, aliados a la fortuna y mucho trabajo, se puede impulsar un negocio exitoso.