Consejos fundamentales para motivar al equipo
Su equipo es el corazón y el alma de su empresa. Si no están contentos, en la mayoría de los casos sus clientes no estarán contentos. Y, desde luego, la alta dirección, ya seas tú o cualquier otra persona, no estará contenta. Tus habilidades para motivar al equipo tienen que entrar en juego todos los días.
Gestionar un equipo conlleva mucho trabajo. A medida que vayas formando, perfeccionando y cumpliendo un plan de motivación del equipo, será más fácil. Incluso puedes subcontratar algunas de las siguientes tareas.
1. Compensarles adecuadamente por el trabajo que realizan.
Hacer feliz a la gente no es sólo cuestión de dinero. Pero el salario es un factor. Teniendo en cuenta todo esto, un empleado feliz y comprometido dejará su trabajo por tan sólo un aumento del 5% sobre su salario actual. Un 5% no es poca cosa, pero no merece la pena perder a gente de calidad por ello.
2. Ofrecer un entorno limpio y estimulante para trabajar.
Haz que la oficina esté limpia y sea funcional. Montones de papeles, rincones polvorientos con ordenadores viejos, cables por el suelo, agujeros en las paredes, etc. Todo esto no sirve. No querrás que tus empleados sientan que trabajan en una empresa de segunda categoría, ¿verdad? ¿Cuánto cuestan unos cuantos litros de pintura y unos escritorios y sillas nuevos y baratos?
3. Deja que se desarrollen y desplieguen sus alas.
Proporcione tantos recursos de enseñanza y aprendizaje como pueda. Busque seminarios relevantes y anime a sus empleados a asistir. Adquiera suscripciones a publicaciones del sector, traiga a líderes influyentes para que den charlas y enseñen nuevos conocimientos, pague clases que permitan a los empleados ampliar sus funciones y ascender eventualmente en la empresa, y cualquier otra cosa que se le ocurra. Si los gastos de una determinada oportunidad de formación le parecen demasiado elevados, siempre puede hacerles firmar un acuerdo que les impida buscar empleo en otro lugar durante un periodo determinado, de lo contrario estarán legalmente obligados a devolverle los gastos -en su totalidad- si deciden marcharse antes de tiempo.
4. Fomentar las aportaciones sobre la mejor manera de dirigir la empresa.
Cerca de la mitad de los empleados de todo el mundo creen que sus opiniones no son reconocidas por la dirección de la empresa. Esto se debe a que normalmente no es así. Teniendo en cuenta lo importante que es su equipo para el éxito de la empresa, es prudente escuchar todas las quejas o sugerencias y ofrecer una opinión constructiva sobre los motivos por los que se pueden o no aplicar los cambios. Asegúrese de que todo el mundo da su opinión sobre cuestiones importantes como las mejoras en la oficina, los cambios en las prácticas de atención al cliente, las ideas sobre nuevos productos y cualquier otro asunto urgente que afecte a todos.
5. Ten siempre encendido tu «escáner de la infelicidad».
La infelicidad es una de esas cosas que rara vez desaparece sin intervención. Si un empleado está descontento con algo de su vida personal, puede que no haya nada que hacer más que esperar. Si está relacionado con el trabajo, ahí es donde se convierte en su trabajo para notar que algo no está bien, e intervenir para preguntar qué puede hacer para ayudar. Fomente una cultura de personas felices, positivas y con mucha energía, y anime a todos a detectar e informar de la infelicidad a tiempo, antes de que se convierta en una plaga que destruya a su equipo.
6. Asegúrate de que las instrucciones son claras.
Ningún equipo ha tenido éxito si ha recibido malas instrucciones. Asegúrate de que todas las instrucciones sean claras y que todos las entiendan.
7. No microgestiones a nadie.
La microgestión no beneficia a nadie. Si has estado en la gestión durante algún tiempo, ya lo sabes. Deje que sus empleados desplieguen sus alas, incluso que cometan uno o dos errores que podría haber evitado si se hubiera implicado más. Tú y la dirección tendréis más tiempo para los asuntos urgentes que más afectan a la empresa, y tus subordinados aprenderán valiosas lecciones sobre la ejecución de proyectos y tareas de principio a fin.
8. La mayoría de las reuniones son una pérdida de tiempo.
Las reuniones pueden ser una increíble pérdida de tiempo. La oficina media pierde 3,8 horas en reuniones improductivas cada semana. Utiliza la lista de comprobación del planificador de reuniones de HBR para asegurarte de que solo celebras las reuniones necesarias y sigues un orden del día estricto para asegurarte de que se pierde el mínimo tiempo.