Lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer para crear una presentación de empresa ganadora
Tanto las empresas emergentes como las establecidas saben que los lanzamientos son esenciales. Puede significar nuevos clientes y/o fondos, que necesitas para poner en marcha tu empresa. Puede significar impresionar a las personas adecuadas que pueden ayudarte definitivamente. Pero sólo si lo haces bien. Pero no es fácil.
En cualquier contexto, los lanzamientos dependen de cómo se persuade al público para que compre lo que se ofrece. En la mayoría de los casos, esto es lo más difícil de hacer, sobre todo cuando la capacidad de atención es escasa. Por no hablar de las diferentes formas en que puede fallar toda la presentación.
No dejes que eso te ocurra. Evita esos errores con lo que debes y no debes hacer.
HACER:
Investigar
Mucho. El sector, la historia, los servicios e incluso sus competidores. No deje que la falta de preparación le deje perplejo frente a sus clientes potenciales, especialmente cuando las preguntas lleguen a raudales. Maneje las difíciles con facilidad.
No te limites a cubrir lo básico; eso sólo será una investigación superficial. Demuestra que sabes más de lo que inicialmente dejas entrever. Cuanto más se sorprendan de que tengas todo tipo de conocimientos, más impresionados quedarán.
KISS
Sea breve y sencillo. Cuanto más largo sea el discurso, mayor será el riesgo de perder la atención del público. Por otro lado, si lo haces demasiado breve, no podrás abarcar los puntos importantes. Lo mismo ocurre cuando intentas hacerlo demasiado sencillo.
Hay que encontrar un equilibrio. Evita que sea demasiado largo o demasiado corto; dales detalles, pero asegúrate de que no se ahoguen en información. Que se queden con ganas de más. Como dijo el director general de Kexino, Gee Ranasinha: «No ate todos los cabos sueltos, deje espacios para preguntas».
La regla 10-20-30
El consejo de Guy Kawasaki es hacer diez diapositivas para una presentación que debe durar veinte minutos; para que las diapositivas sean legibles, utiliza un tamaño de letra no inferior a treinta. Así te aseguras de transmitir tu mensaje mientras tu público sigue interesado en lo que tienes que decir.
Por supuesto, tener una gran cubierta no es una cuestión. Diseñar tus diapositivas puede ser un esfuerzo agotador, así que si tienes problemas, puedes contratar a una agencia de diseño de presentaciones.
Cuente una historia
Las historias son herramientas poderosas. Hay dos vertientes: ofrecer historias de éxito si ya las tienes para impresionar aún más a tu público, y hacer de todo tu discurso una historia que merezca la pena conocer y escuchar.
Atraer a tu audiencia con historias deja un impacto duradero. Los seres humanos están programados de esa manera. Hacerles partícipes de esa historia será inolvidable.
Preste atención al lenguaje corporal
El lenguaje corporal transmite más de lo que crees, y las personas que saben leerlo se sentirán desconcertadas cuando digas que eres abierto, pero tu cuerpo demuestre lo contrario. Algunos signos reveladores de negatividad que debes evitar son cruzar los brazos mientras hablas, encorvarte y apretar los puños; cuando te extiendan la mano, da un apretón de manos firme. Te sorprenderá lo mucho que revela el cuerpo, sobre todo cuando no te sientes especialmente contento con la tarea.
NO:
Venir desprevenido
El mayor error que puedes cometer, no estar preparado, se notará en el momento en que te pongas delante de tu público. No solo dice que no estás preparado, sino que también les quita la confianza que deberían invertir en ti.
La preparación es la mitad de la batalla. Estar totalmente concienciado y preparado facilita las cosas. Repasa tus diapositivas. Practica tu forma de hablar. Prepárese hasta que se sienta cómodo. El tiempo empleado merecerá la pena.
Escatimar en respuestas
En relación con la investigación, cuando llegue la parte de preguntas y respuestas, retener las respuestas sólo duplicará el tiempo. Si no has dejado claras tus respuestas, habrá una pregunta de seguimiento. (Por supuesto, no todas las preguntas de seguimiento se deben a puntos que no han quedado claros).
Su público también hará preguntas si tiene la suficiente curiosidad. No les dejes escapar con detalles generales de tus servicios. Aproveche su curiosidad dándoles una respuesta más que satisfactoria.
Haz que suene como un lanzamiento
Después de todo este tiempo, todo se reduce a la forma en la que se presenta el discurso. Hazlo parte de tu discurso de ventas, y las defensas de tu público subirán. No hay mucho que puedas hacer cuando se cierran las puertas proverbiales.
Al informar a su cliente potencial de sus servicios, entretener sus preguntas, satisfacer su curiosidad y dejar una gran impresión -mientras hace que todo el proceso sea una conversación bidireccional entre usted y su cliente potencial-, éste no siente la presión de estar hablando con un vendedor, sino con otra persona que puede ayudarle con sus problemas. Romper con el público para que todo el discurso sea una experiencia más fácil tanto para ti como para ellos.
Un lanzamiento no debe ser difícil; debe estar bien planificado y ejecutado. Debe ser impresionante y emocionante. Con tanto en juego, no te sientas presionado.
Sin embargo, hay que admitir que incluso si haces lo que debes y no haces lo que no debes, lo más probable es que sigas fracasando. Si lo haces, no significa que estés acabado para siempre. Sólo significa que tienes que aprender del intento anterior y volver a intentarlo. No tienes nada que perder.