Cómo gestionar correctamente un equipo de desarrollo
En este artículo, vamos a cubrir cómo puede utilizar un equipo de desarrollo gestionado. Sigue leyendo para conocer todos los consejos y trucos que acabarás necesitando.
Hay muchas historias de terror cuando se trata de gestionar un equipo de desarrolladores para las necesidades de su empresa. Establecer objetivos específicos y eliminar los obstáculos que conducen al fracaso es algo que un excelente gestor puede lograr con eficacia. Por desgracia, esto no es tan sencillo como parece.
Hay varias estrategias que siguen los directivos de éxito para sacar el máximo partido a su unidad. Por el contrario, aquellos individuos que son malos gestores, suelen hacer lo contrario y preparan a sus empleados para un fracaso casi inevitable.
Las cualidades de un directivo excelente comparadas con las de uno incompetente
Gestionar un equipo de desarrolladores no es en absoluto una tarea fácil. Hace falta mucho conocimiento y habilidad para tratar a tus colaboradores de forma que puedas sacar el máximo partido de ellos y minimizar los malos resultados.
Un gestor eficaz puede tomar los obstáculos que se interponen en el camino de la prosperidad y los elimina del panorama. Un gestor ineficaz no sólo elimina estos obstáculos, sino que los aumenta y hace que el trabajo sea prácticamente imposible para su equipo.
Un gestor superior puede ser directo y eliminar cualquier confusión que pueda poner en peligro el proyecto. Un mal gestor no sólo es impreciso y no tiene claro lo que quiere conseguir, sino que además intenta ser más listo que ellos mismos y que todos los que le rodean, lo que le lleva a dar malas instrucciones sobre la mejor manera de llevar a cabo las tareas.
Trabajar con un directivo que sabe lo que hace es un placer y motiva a su equipo para que consiga sus objetivos. Esto incluye saber escuchar y aceptar la crítica constructiva sobre cómo están haciendo ciertas cosas.
Esto es todo lo contrario de lo que hace un mal gestor. A menudo interrumpen a su equipo y no les dejan espacio para trabajar con eficacia y aumentar las posibilidades de éxito.
Por último, todos hemos oído el término microgestión, que puede ser un completo desastre para una empresa que intenta tener éxito. Los directivos que no están debidamente cualificados tienden a microgestionar, ya que se concentran en cuestiones que no conducen al éxito.
Un directivo seguro de sí mismo y con unas habilidades excepcionales mantiene la atención en lo macro, lo que permite al equipo trabajar hacia su objetivo. Mirar el panorama general es algo que requiere un sentido agudo.
Conclusión:
Muchos de nosotros hemos trabajado para directivos incompetentes que han saboteado proyectos y han dejado a los empleados en la estacada. Un director superior coge el toro por los cuernos y dirige con madurez. Puede sacar el máximo provecho de su equipo de desarrollo estando abierto a nuevas sugerencias y dejando a los empleados el espacio suficiente para hacer el trabajo correctamente.
Como se ha dicho, los directivos eficaces dan a sus empleados las máximas posibilidades de éxito, mientras que los débiles hacen todo lo posible para obstaculizar ese progreso.
El trato con las personas es un arte que muchas personas necesitan aprender antes de convertirse en grandes líderes empresariales. Al proporcionar la orientación y la dirección adecuadas, un directivo puede obtener un gran rendimiento de su equipo y allanar adecuadamente el camino hacia el éxito.