Decisiones (difíciles) que todo empresario debe afrontar
Lo bueno de dirigir tu propio negocio es que puedes tomar muchas decisiones, desde el nombre de la empresa hasta la combinación de colores de tu oficina. Por desgracia, no todas las decisiones que tendrá que tomar serán agradables o fáciles. De hecho, algunas tienen el potencial de dejarte dando vueltas en medio de la noche.
A continuación, se exponen las cuatro decisiones más importantes y potencialmente más problemáticas a las que todo empresario debe enfrentarse en algún momento de su carrera. Es bueno que las conozcas ahora para que puedas entender cuáles son tus opciones más adelante. De este modo, podrá tomar las decisiones correctas y dirigir su barco en la mejor dirección posible.
1. Equilibrar las finanzas personales y empresariales
Poner en marcha tu propio negocio significa utilizar parte de tu propio dinero ganado con esfuerzo como capital inicial, pero también debes tener en cuenta tu vida personal antes de arriesgarlo todo en una aventura empresarial. Puede que tu negocio sea tu bebé, pero por mucho que lo ames, no puedes permitirte dejar todo lo demás atrás. Antes de asaltar tu cuenta de ahorros personal y meterlo todo en tu nueva empresa, asegúrate de que habrá suficiente dinero para cubrir las ocasiones trascendentales de tu vida.
La compra de una vivienda, por ejemplo, es uno de los dilemas más comunes para los empresarios, ya que muchos lo ven como una opción de elección. Sin embargo, con un plan de gestión financiera sensato que abarque tanto las finanzas personales como las de la empresa, optar por ambas se convierte en una opción creíble. La gama de préstamos hipotecarios disponibles hoy en día también significa que no será demasiado difícil encontrar una oferta hipotecaria que se adapte a su presupuesto.
2. Saber si hay que pegar o torcer cuando se trata de crecer
Esta es una cuestión especialmente complicada, ya que a menudo no hay una respuesta correcta o incorrecta. Cuando se trata de ampliar la empresa, lo único que se puede hacer para cubrirse las espaldas es dedicar mucho trabajo a la investigación de mercado y asegurarse de que hay suficiente dinero en la reserva como red de seguridad en caso de que las cosas vayan mal.
Utiliza lo que has aprendido hasta ahora en el trabajo y combínalo con una investigación meticulosa de tu entorno para decidir si te quedas o te desvías. En los negocios siempre hay riesgos, pero si sientas unas bases sólidas, podrás sobrevivir a una mala jugada y volver más fuerte la próxima vez.
3. Contratación de ayuda y asistencia
Los empresarios de éxito no se avergüenzan de pedir ayuda cuando la necesitan. Si su empresa está preparada para crecer, pero no dispone de los recursos necesarios para expandirse, ¿por qué no considera la posibilidad de subcontratar en el extranjero? A menudo, esto le costará una fracción del precio local y le dará un poco de libertad para concentrarse en otros asuntos empresariales importantes.
Renunciar al control total de una empresa puede inquietar a algunos empresarios, pero a veces es necesario reclutar la ayuda de otras empresas para dar ese importante paso adelante.
4. Comprender las verdaderas causas de los problemas y resolverlos
Es fácil culpar a otro cuando las cosas no van como uno quiere, especialmente en los negocios. Sin embargo, ser un empresario de éxito consiste en reconocer las verdaderas causas de los problemas en lugar de culpar a los blancos fáciles.
En realidad, podría ser uno de sus empleados favoritos, un cliente de confianza o su tan fiable proveedor de software el que esté creando problemas. A veces, incluso puedes ser tú.
Es difícil ser objetivo cuando has construido tu propio negocio con tus propias manos, pero tienes que aprender a dar un paso atrás siempre que haya un problema y preguntarte cuál es la verdadera causa del mismo. ¿Necesitas pensar en tu personal, en tus clientes y en la tecnología, o tienes que cambiar tus propias ideas y adoptar un nuevo enfoque que pueda beneficiar al negocio?
Conclusión
Cuando dirijas un negocio, tendrás que tomar algunas decisiones extremadamente difíciles. La buena noticia es que por cada decisión correcta que tomes, suele haber una gran recompensa.