GRANDES errores que los emprendedores NO deben cometer
He aquí ocho grandes errores que los emprendedores no deberían cometer. Todos ellos pueden llevar al fracaso o, como mínimo, a fracasos que podrían haberse evitado si el equipo de la startup hubiera planificado de forma más eficaz y se hubiera tomado el tiempo de escuchar y aprender de los que saben más que ellos.
1. Fallar/rechazar la planificación
No estoy hablando de crear un plan de negocio a prueba de balas al estilo de los inversores que su banco o sus inversores esperan. Tal vez estés iniciando un pequeño negocio que no requiera ir tan lejos. Sin embargo, debes planificar el éxito o sufrir los inevitables fracasos causados por tu propia pereza.
Sencillamente, tiene que saber quiénes son sus clientes, dónde encontrarlos, cuánto están dispuestos a pagar por su producto o servicio y, por último, tener resuelta la comercialización básica. Y no sólo cómo vas a comercializar, sino cuánto te va a costar.
2. Falta de enfoque en el panorama general
Quieres llevar tu negocio al siguiente nivel. Luego el siguiente nivel más allá de eso. Y así sucesivamente. No se preocupe por cosas como el aspecto que tendrá su página amarilla dentro de unos meses (¿todavía hay alguien que la utilice?) o el papel utilizado para sus tarjetas de visita. Son decisiones y preocupaciones de poca monta que frenarán su negocio en línea.
Como en el último punto, céntrate en los clientes y en la procedencia del dinero. Sin ambas cosas, a nadie le va a importar el fondo utilizado en tus perfiles de redes sociales o lo bonitos que sean los vinilos de tu todoterreno de empresa.
3. Ignorar el DINERO
O peor aún, soñando con todo el dinero que vas a ganar en lugar de concretar los dos primeros puntos mencionados. El DINERO es tu mayor preocupación, pero no la forma en que te vas a bañar en tu enorme bóveda de dinero como el Tío Gilito cada mañana a partir de un año.
Saber cuánto dinero tienes, a qué velocidad lo gastas y lo vas a gastar, y dónde puedes encontrar más (es decir, inversores) si te quedas sin él o surge algo de repente (es decir, demandas, facturas, etc.)
4. Precios de los productos demasiado bajos
Esto es una auténtica locura. Infravalorar tu producto para sacarlo al mercado es un gran error. Y lo que es peor, infravalorar el producto cuando las ventas se están produciendo a toda velocidad, pensando que subir el precio detendrá esas ventas, es un auténtico sacrilegio. Es mejor sobrevalorar y tener que cambiar de rumbo en uno o dos meses, que no obtener beneficios y verse obligado a cerrar el negocio.
Esto es lo básico en los negocios. El precio es psicológico. A veces los productos de mala calidad se venden por mucho dinero. Y tu producto ni siquiera es malo, ¿verdad? Así que no lo infravalores. Aprende más sobre la psicología que hay detrás de la fijación de precios para tus productos y recuerda aprovechar siempre el poder del número 9.
5. Pensar que las malas críticas sobre su servicio son algo normal
Nadie debería tener que contarle el valor que los clientes dan al servicio que reciben, antes, durante y después de la venta. Por lo general, los mayores errores en el servicio de atención al cliente se producen cuando el cliente se siente insatisfecho y expresa su problema, sólo para ser sofocado por un mal CSR o un propietario con demasiada arrogancia para su propio bien.
Recuerde que sus clientes lo son todo. Sin ellos, el fracaso de su negocio es inminente. Dales lo que necesiten para que estén contentos con tu producto o servicio, sin ser un chivo expiatorio, por supuesto.
6. Tener un exceso de confianza (es decir, ignorar los sabios consejos de mentores y expertos)
Escucha… No lo sabes todo. E incluso aquellos cuyos consejos más codicias no lo saben todo; independientemente de lo bien considerados que estén. Tienes que escuchar y no taparte los oídos diciendo «¡la, la, la, la!» hasta que se vayan cada vez que alguien intente ayudar.
Por lo tanto, cuando alguien que ya ha estado donde tú estás te dice que estás haciendo algo mal – que te falta un elemento clave – que vas por el camino equivocado – que el mercado en el que estás intentando entrar ha repartido su último serrucho – tienes que escuchar.
Puede que no sigas sus consejos, ya que algunos de los mayores logros han nacido de aquellos que ignoraron a sus detractores. Pero hay que escuchar y sopesar los consejos y las críticas que dan, ¡con mucho cuidado!
7. Publicidad excesiva ($$$)
Repartir demasiado tu presupuesto de publicidad es un ingrediente clave para el desastre empresarial. A menos que tengas una aplicación de un millón de dólares respaldada por inversores, tu presupuesto de publicidad tiene que coincidir con tus beneficios actuales. Y punto.
Para elaborar un presupuesto publicitario hay que hacer algo más que un simple 10 o 15% de las ventas actuales o previstas. Siga esta fórmula y no se exceda.
8. Emular a la competencia
Todos lo hemos oído un millón de veces. «No hay necesidad de reinventar la rueda». Aunque esto es cierto, el hecho de que algo funcione realmente bien, o parezca funcionar bien, para otra persona no significa que vaya a funcionar para ti. Y lo que es peor, puede que tu competidor, que ha tenido éxito durante mucho tiempo, haya empezado a hacer algo realmente estúpido últimamente, como bajar demasiado sus precios u ofrecer un «compre uno y llévese otro gratis» cuando sus márgenes no cubren esa oferta.
Sólo copie algo que esté haciendo otra persona después de haber realizado un análisis exhaustivo, teniendo en cuenta todos los posibles escollos. Hay cementerios llenos de empresas que intentaron usurpar la necesidad de creatividad copiando las malas ideas de otra empresa.