Malos hábitos del empresario en casa y cómo romperlos
En muchos sentidos, trabajar en casa puede ser un sueño hecho realidad. Como empresario en casa, puedes establecer tu propio horario, evitar las molestias del viaje matutino y trabajar en pijama. Pero las mismas cosas que hacen que trabajar en casa sea tan tentador también pueden hacer que se formen malos hábitos que acaben con la productividad. Es importante ser consciente de cuáles pueden ser estos posibles escollos y tomar medidas para estructurar tu vida y evitarlos.
Mal hábito #1: Estar siempre «encendido»
Vivimos en un mundo en el que los ordenadores y los teléfonos están siempre encendidos y listos para funcionar. Aunque esto hace que trabajar en casa sea mucho más fácil que hace cinco años, también implica que nosotros también debemos estar siempre pendientes del reloj. Aunque hacer cosas como consultar el correo electrónico durante la cena y mantener el teléfono junto a la cama pueden parecer formas de ser más productivos, en realidad garantizan que nunca se esté totalmente concentrado en una sola tarea. Si nada recibe toda la atención que merece, la productividad laboral puede verse afectada, y estar en casa puede parecer siempre como estar en el trabajo.
Solución: Crear barreras. Designa una zona de tu casa que pueda actuar como estación base para que el trabajo permanezca cuando estés fuera de horario. Si necesitas llevar el teléfono encima por motivos personales, desactiva las notificaciones del correo electrónico. Asegurarte de que hay horas en el día en las que estás desconectado de tu trabajo te permite recargarte y centrarte en lo más importante.
Mal hábito #2: Evitar la rutina matutina
Trabajar en pijama es un placer casi primitivo. Salir de la cama y ponerse a trabajar es una forma de ser más productivo y estar menos estresado; además, esos pantalones de pijama son realmente cómodos.
Pero ignorar la rutina matutina y ponerse a trabajar directamente cuando todavía está medio dormido le roba un tiempo precioso de preparación. Una buena noche de sueño te permite procesar inconscientemente lo aprendido el día anterior, y la rutina matutina te da tiempo para ordenar tus prioridades y trabajar de forma más eficiente a lo largo del día. También ayuda a la transición mental del modo casa al modo trabajo.
Solución: Mantén una rutina matutina estricta. Ni siquiera toques el teléfono cuando te levantes de la cama. Si es posible, mantén el ordenador y el teléfono fuera del dormitorio. Desayuna de forma saludable, dúchate y ponte ropa de verdad. Empieza el día como si tuvieras que ir a algún sitio. Puede que no tengas que ir a la oficina, pero sí tienes que ir al trabajo, y hay que darle la importancia y la consideración que merece.
Mal hábito #3: Mezclar lo personal con lo profesional
Para muchas personas, trabajar en casa significa poder ocuparse mejor del hogar. Tanto si se trata de recoger a los niños del colegio como de dejar entrar al fontanero, trabajar en casa puede ser una ayuda para poner la casa en orden. Sin embargo, al igual que el encanto de estar siempre conectado, trabajar en casa puede desdibujar los límites entre la vida laboral y la personal, haciendo que ninguna de las dos se experimente o saboree plenamente.
Solución: Haz un horario y cúmplelo. A veces, tu vida personal se cuela en tu vida laboral, es inevitable. Pero crear un horario que se adapte a tu vida y cumplirlo es una buena manera de mantener un límite entre ambas. No tiene por qué ser el típico horario de 9 a 5, pero debe ser coherente. Es importante reservar horas específicas del día para el trabajo y el juego, de modo que ambos permanezcan separados y tu atención no se vea afectada.
Trabajar en casa puede ser una bendición, especialmente para los empresarios ambiciosos. Siempre que seas consciente de los posibles malos hábitos que pueden formarse en casa y tomes medidas para evitarlos, tanto tu trabajo como tu vida personal pueden seguir siendo productivos y felices.